Belén Chavanne: "Estaba tan nerviosa en mi primer casting para cine que antes de entrar me tomé un vaso de whisky"

La actriz confiesa que se quedó dormida filmando su escena de desnudo en "El Ciudadano Ilustre". Muy crítica de los cánones de belleza que imponen las marcas, habla de la responsabilidad que tienen las modelos al respecto

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Belén Chavanne, a solas con Teleshow

Pensar que su carrera artística empezó como sin querer, queriendo. Y que ahora, ama lo que hace. Porque a Belén Chavanne (29) no la desvelaba la idea de aparecer delante de una cámara. Bastó que le dijeran que no en un casting para insistir, pedir otro y tomarse revancha, y ya no alejarse nunca más.

No obstante, su recorrido fue peldaño a peldaño, teniendo primero un papel pequeño en Casi Ángeles, la recordada serie de Cris Morena, luego en series orientadas al público adulto (Vecinos en guerra y Sres. Papis, entre otras) hasta que le llegó la gran oportunidad en El Ciudadano Ilustre, la reconocida película con Oscar Martínez.

Si bien despunta su costado fashionista con alguna campaña o producción de modas (reniega del mote it girl), Chavanne quiere actuar. Déjenla ser.

—¿Como fue tu experiencia con la película El Ciudadano Ilustre?

—Fue mi primer casting de cine. Y estaba muy nerviosa porque tenía que hacer de una chica muy mandada, como atrevida, sexual. Sí, fui muy nerviosa: tengo que admitir que me tomé un vaso de whisky antes de entrar. Y ya fimándola, nunca supe que estábamos haciendo una película de la que mucha gente iba a hablar. La recomiendo un montón: te deja pensando, y eso está bueno.

Belén Chavanne en los estudios de Infobae (Foto: Santiago Saferstein)
Belén Chavanne en los estudios de Infobae (Foto: Santiago Saferstein)

—¿Qué te paso cuando te viste desnuda en la película?

—Me dio un poco de cosita verme, pero en el momento no me importó; de hecho, en ese momento me quedé dormida porque en la escena tenía que estar dormida. Cuando lo veo, maximizado en una pantalla enorme, digo: "No voy a faltar nunca más al gimnasio".

—¿Sos de cuidarte mucho?

—No, no, no… Además, en esa película estaba 10 kilos arriba de lo que usualmente peso.

—¿Te lo pidieron desde la producción?

—Lo quería lograr yo porque sentía que era una piba que no tenía un cuerpito así como… Siempre fui muy flaca. Y en este caso podía confundirse con eso de que era una chica linda y flaca que vive en un pueblo y se levanta a un escritor mega famoso. Y no era una mina que estaba muy buena, era una chica un poco más del barrio…

Belén Chavanne en "El Ciudadano Ilustre"

—Y si te hubiesen pedido subir el peso, ¿hubieses aceptado?

—Imaginate que si una persona me viene a decir eso pego un grito en el cielo, pero porque va en contra de una de las cosas que me gustaría que cambie, es justamente eso: que la mujer deje de mirarse al espejo y sentirse mal y gastar miles de dólares y querer que todo esté bien. Y que todo sea por una cuestión de que los medios y las revistas, y las modelos y las marcas. Y que todo te imponga una imagen a la que tenés que llegar, que es inalcanzable, y eso genera un montón de problemáticas en las mujeres jóvenes. Entonces, si una marca viene y me dice: "Hey, estás gorda"; por empezar, yo no me considero modelo de pasarela, que miden 1.80. Y sí me gustaría que también en ellas esté ese cambio al decir: "¿Cómo que estoy gorda? ¡Idiota!". O sea, son palos caminando; eso está en el mensaje que viene atrás de las marcas grandes.

—¿Y qué te pasa cuando alguien dice que la mujer tiene que ser flaca, o rubia, o de una determinada manera?

—La mujer no tiene que ser de ninguna manera: tiene que haber mujeres de distintas maneras. Yo admiro a decenas de mujeres y no por su aspecto físico. Y si vos caminás por la calle no son todas parecidas a la modelo mejor paga del momento. Creo que hoy la juventud viene con muchos menos prejuicios respecto a eso: antes una piba un poco más rellenita se vestía con ropa suelta, y hoy sale a la calle con un short por acá. "Hey, yo también me quiero poner un short y quiero estar cómoda y quiero sentirme bien con eso", dice. Para mí hay una responsabilidad de la gente que tiene voz, por eso voy a la marca, a la modelo, a la actriz. Si ahora viene un extraterrestre y abre una revista, piensa que todas las mujeres son blancas y flacas, y todos los hombres son bárbaros, en campera de cuero. Vivimos en un mundo diverso y es momento de hacernos cargo de eso.

Belén Chavanne cuenta que empezó a trabajar desde muy chica para lograr ser independiente (Foto: Santiago Saferstein)
Belén Chavanne cuenta que empezó a trabajar desde muy chica para lograr ser independiente (Foto: Santiago Saferstein)

—¿Qué te pasa cuando te definen como it girl?

—Cuando era chiquita estudié ingles, y me decían que los artículos eran he, sheit, como él, ella y eso. Y por eso lo de it me da como una cosa, un objeto. No, no me siento identificada con eso de la chica que es "eso".

—Pero las marcas lo usan mucho.

—Sí, pero el marketing tiene unos términos bastante horribles, como influencer, que me da como un poco de dolor de cabeza. Creo que también viene de buscar cancherear con un término del idioma hegemónico, y lo decimos en inglés y somos cancheros. El término de influencer es un poco más agradable, como decir "influyo", ¿pero en qué? No sé, me hace ruido.

—Antes de subir una foto a las redes sociales, ¿lo pensás mucho?

—Depende. Por lo general no subo mucho, entonces cuando subo algo es porque me gustó mucho o porque siento que tengo algo para decir. Me pregunto mucho qué es lo que quiero decir, porque si busco inspirarme en otros artistas o personas con voz, ¿para qué voy a usar yo mi voz? Voy a poner simplemente una foto en la que salgo linda. Banco mucho la marca de una amiga mía, que es un proyecto independiente, entonces quiero subir su ropa. Me gustan la moda y las cosas superficiales también, no es que todo tiene que tener un grado de profundidad. Es como una mezcla, donde trato de encontrar qué es lo que va a sumar en esto que estoy poniendo acá, como basura virtual.

—¿Soñabas con aparecer en la pantalla?

—No fui de las que soñaba con salir en la tele, sino que fui enamorando a medida que lo fui haciendo. Y hoy, creo que no podría hacer otra cosa, aunque puedo hacer un montón de cosas más. Esto se convierte en una obsesión, una pasión, pero en el momento en que estás creando un personaje junto con un director. Después, todo lo demás es el resultado de un trabajo de un equipo enorme, y sos parte de un engranaje muy grande.

Belén Chavanne en una escena con Peter Lanzani, en uno de sus primeros trabajos: "Casi Ángeles" (2010)

—Y si no soñabas con esto y se fue dando, ¿cómo empezaste?

—Desde chiquita buscaba tener mi independencia, era una niña adulta. Y ahora soy una adulta niña. Trabajaba haciendo publicidades y eso me fue llevando a hacer otras cosas. Uno de mis primeros trabajos fue conducir en MTV a los 16, 17 años.

—¿Fuiste sin tener experiencia?

—Me sentía cómoda con la cámara en frente, y les mandé un mail: "Hola, quiero trabajar para ustedes". Me dijeron: "No, no estamos contratando". "Bueno, pero no importa, ¡véanme!". Y me llamaron para un casting. Lo hice mal, pero muy mal. Los llame llamé y les dije: "Necesito que me tomes de vuelta el casting". Y quedé.